Se ha hablado mucho sobre actividades y hábitos que promueven un mejor estilo de vida. En los últimos tiempos, se ha vuelto tendencia reconocer que las emociones y los estados de ánimo influyen en el bienestar físico. Un estudio de Harvard ha demostrado que la gratitud contribuye a mantener un buen estado de salud y reduce la probabilidad de presentar problemas en el futuro.
El estudio, realizado en 49 mil mujeres de avanzada edad, reveló que el 9% de ellas mostraron un mejor estado físico y mental por incluir la gratitud como parte fundamental de su vida diaria. Al parecer, ser agradecido estimula la producción de neurotransmisores en el cerebro, los cuales protegen contra enfermedades y accidentes neurovasculares.
pixabay[/caption]Además, la gratitud ayuda a reducir el estrés, uno de los principales causantes de enfermedades, y a generar mayor cantidad de oxitocina, una hormona que fortalece las conexiones sociales y mantiene en buen estado órganos vitales como el corazón, el estómago y el cerebro.
Si desea comenzar a cultivar el hábito de la gratitud, puede hacerlo a través de pequeñas acciones cotidianas. Una buena práctica es escribir en un cuaderno las cosas por las cuales se siente agradecido cada día, y también expresar su agradecimiento a seres queridos o personas con las que interactúa. Aquí algunos ejercicios para empezar:
- ¿Qué pasó hoy que fue bueno? Reflexione sobre momentos positivos.
- ¿Qué doy por sentado que puedo agradecer? Valore las comodidades cotidianas.
- ¿A quién estoy agradecido en mi vida? Reconozca a las personas que lo rodean.
- ¿Qué película o libro aprecié recientemente? Aprecie las experiencias culturales.
- ¿Qué espero con ansias? Mantenga una actitud positiva hacia el futuro.
- ¿Cuál fue el acto más amable que recibí recientemente? Recuerde la bondad en su vida.
Recuerde que el bienestar emocional contribuye directamente a la salud física y puede prevenir enfermedades en la vejez.