El Padre llega a Colombia: Una obra magistral sobre la memoria y la identidad

Periodista: María Fernanda Ortiz – Universidad de La Sabana.

Desde el 25 de abril hasta el 17 de mayo, el Teatro Nacional recibe una de las obras más aclamadas a nivel internacional: El Padre, escrita por el dramaturgo francés Florian Zeller (ganador del Oscar a Mejor Guion Adaptado y reconocido en los BAFTA). Con una adaptación al español firmada por Fernando Masllorens y Federico González del Pino, y bajo la dirección de Klych López, esta producción promete una experiencia teatral intensa y emocionalmente poderosa.

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El hombre que dirigió nuestra memoria audiovisual

Klych López no es un desconocido. Quienes crecieron viendo Citytv reconocerán su estilo en comerciales que se quedaron grabados en la memoria colectiva. Los amantes del rock colombiano bailaron con sus videos para Doctor Krápula. Y los cinéfilos recordarán su cortometraje Ciudad Crónica, ese proyecto que nació cuando ganó el FDC en 2004 y demostró que el cine colombiano tenía nuevas voces que contar.

Pero hoy, López enfrenta su mayor desafío: llevar al escenario la desgarradora historia de un padre que se encuentra en el laberinto de su memoria.

 ¿Dónde termina la realidad y empieza la confusión?

André, un ingeniero retirado, se resiste a aceptar que su mente lo está abandonando. Su hija Anne planea mudarse a otro país, pero la condición de su padre la obliga a tomar una dolorosa decisión. La obra, narrada desde la perspectiva de André, sumerge al espectador en un laberinto de incertidumbre: ¿Son los demás quienes actúan de forma extraña o es su propia percepción la que falla?

Con una estructura narrativa tan ingeniosa como desgarradora, El Padre explora temas universales como la vejez, la pérdida de identidad y los límites del amor familiar.

El verdadero protagonista de esta obra no es André, ni siquiera su hija. El verdadero protagonista es ese incómodo momento en que, sentado en la silla del teatro, empiezas a preguntarte: «¿Estoy viendo lo mismo que los demás?» Porque la genialidad de Zeller y ahora de López está en hacernos vivir la misma confusión que su personaje principal.

Las escenas se repiten con variaciones sutiles. Los diálogos cambian de tono sin aviso. Hasta el mismo apartamento donde se desarrolla la historia parece respirar y transformarse. No es casualidad que varios espectadores salgan tocándose la cabeza, como si necesitaran comprobar que su propia memoria sigue intacta.

Un elenco de primer nivel

El reparto está integrado por algunos de los mejores actores colombianos: Jairo Camargo como André, el protagonista que lucha contra el desvanecimiento de su memoria, Marcela Mar como Anne, su hija, atrapada entre el amor filial y su propia vida.

Paula Castaño, Erik Rodríguez, Laura Junco y Jacques Toukhmanian, quienes completan este talentoso equipo, dando vida a personajes que oscilan entre la realidad y la percepción distorsionada de André.

Una obra imperdible

El Padre no solo es un drama profundamente humano, sino también un thriller psicológico que mantendrá al público en vilo. Con una narrativa innovadora y actuaciones desgarradoras, esta obra es una reflexión sobre la vejez, el amor y la pérdida de lo que nos define.

¡No te quedes fuera!

Quedan pocas semanas para experimentar este viaje a los recovecos más frágiles de la mente humana. El Teatro Nacional alberga esta joya hasta el 17 de mayo, pero hay una advertencia: lleguen temprano. No solo porque después de 10 minutos podrían no dejarlos entrar, sino porque cada segundo de esta función es un latido que no se puede perder.

Al final, cuando el silencio se apodere de la sala y las luces se enciendan, lo más probable es que se queden sentados unos instantes más. Necesitarán ese tiempo para volver a su propia realidad, para asegurarse de que su mundo sigue siendo sólido. Porque durante casi dos horas, El Padre les habrá hecho dudar de todo. Y eso, queridos lectores, es el verdadero poder del teatro.