Fotografías: Carlos Mario Lema
Entrevista: Catalina Amaya
En una emotiva entrevista, Bernardo García, reconocido actor de teatro, cine y televisión, abre su corazón y comparte detalles sobre su experiencia con la leucemia y cómo el teatro ha sido su refugio y fuente de fortaleza en esta etapa de su vida.
La conversación comienza con una pregunta simple pero cargada de significado: «¿Cómo estás hoy?» Bernardo responde con entusiasmo: «Me siento maravilloso con la vida, con el hoy, con vivir y seguir existiendo en escena». Tras enfrentar la noticia de la leucemia, cada vez que pisa un escenario, la experiencia se vuelve reveladora. «Uno valora las cosas cuando está a punto de perderlas», reflexiona.
La influencia del teatro en su carrera es evidente en sus palabras. Ahora cargado de misticismo y de ritual, ahora el escenario se convierte en un espacio más brillante y sonoro. Bernardo destaca el valor del movimiento, recordando una anécdota en el hospital donde, a pesar de las dificultades físicas, se entregó al placer de bailar salsa. La maestra María Victoria Hernández le recordó que llevaba 45 años preparándose para vivir esa circunstancia, y así descubrió un nuevo presente.
«Disfruta el paso del tiempo», menciona Bernardo, aplicando sus propias enseñanzas. La entrevista revela cómo este maestro del arte escénico encuentra fortaleza en cada función exitosa, en el tercer timbre y los aplausos del público. «La obra siempre está viva», afirma, resaltando que hacer lo que ama es la verdadera fortaleza.
En este momento de su vida, Bernardo García nos enseña que cada oficio tiene su momento de rapto, ese instante donde te sientes poseído por lo que haces, elevándote a un alto rendimiento sin siquiera pensarlo. La fortaleza, según él, radica en ser consciente de lo que está sucediendo y en hacer lo que amas profundamente.
Esta entrevista no solo destaca la trayectoria artística de Bernardo García, sino también su resiliencia y sabiduría ante las adversidades, brindando una lección valiosa sobre el arte de vivir con pasión y propósito.
«Nuestro principal oficio es construir las imágenes en la cabeza del espectador». Explica cómo su arte va más allá de actuar; cada gesto, palabra o ausencia en escena busca transmitir al público la versión que tiene de personajes tan icónicos como Chéjov, Shakespeare, Enrique Buenaventura, Federico García Lorca, Molière u Oscar Wilde entre otros.
Al abordar el panorama actual para los artistas emergentes, Bernardo aconseja: «Si eso le genera más sufrimiento que gozo, vaya a escucharse». Destaca la versatilidad en los formatos y la creatividad en la profesión artística, alentando a quienes se preparan para este camino apasionante. Para él, la vocación artística es comparable a la vocación médica, donde el individuo genuinamente adora su labor.
Ante la pregunta sobre cómo mantiene la fe y la esperanza a lo largo de su carrera, durante y después de enfrentar la leucemia, Bernardo comparte un momento clave: «El 2 de septiembre llegué a urgencias, el 3 no pasó nada, el domingo 4 me hacen biopsia y me clavan una aguja en la cadera. El martes 5 dan el diagnóstico y en ese momento entendí por qué uno necesita estar sentado cuando recibe una mala noticia». Con profunda reflexión, revela su proceso de afrontar la adversidad: «Que el milagro te coja trabajando. Yo escribía, oraba, meditaba, dormía porque en la noche era más difícil dormir. Buscaba que los momentos conscientes fueran visualización en escenario, me imaginaba, petrificado, parándose en el escenario viendo hacia el público, la luz, un set. Imagínate que estás en una van rumbo a una grabación».
La entrevista con Bernardo García no solo destaca su brillante carrera artística, sino también su resiliencia, su conexión espiritual con la vocación artística y la capacidad de enfrentar la adversidad con una mezcla de arte, fe y determinación.
En el presente, Bernardo García reflexiona con profunda emoción sobre el legado invaluable que sus padres, Margarita Gutiérrez Solano (Maguso) y Fernando García, han dejado en su vida. Con una mirada nostálgica, el actor recuerda la enseñanza que recibió de ellos y cómo el arte los unió y enamoró.
El actor colombiano comparte con melancolía sus sentimientos hacia sus padres, quienes, aunque ya no están físicamente presentes, siguen vivos en su corazón. La frase con la que inicia sus recuerdos, «Por ahí dicen que la persona muere cuando la última persona que la conoció», resuena con un profundo significado, subrayando la importancia de mantener viva la memoria de aquellos que nos han dejado.
Bernardo expresa su deseo de que sus padres, de alguna manera, puedan presenciar sus logros, invitándolos simbólicamente a «Marranos», a sus obras, donde les diría lo que necesitaba decirles y cuánto los aprecia. La tristeza que acompaña estos recuerdos se mezcla con gratitud y amor por los momentos compartidos en su infancia, iluminada por luces de escenario y cámaras, en un entorno teatral que marcó su vida.
La partida de ‘Maguso’ generó un giro en la vida de Bernardo, ya que su padre, ausente previamente, regresó para convertirse en un apoyo fundamental en su carrera profesional. García destaca el papel de su padre como el mejor coach de actuación de teatro, un regalo invaluable que fortaleció su desarrollo artístico. A través de sus palabras, Bernardo García rinde homenaje a sus padres, recordándolos no solo como progenitores, sino como maestros y guías que dejaron una huella imborrable en su camino hacia el éxito en el mundo del espectáculo colombiano.
En definitiva, la entrevista con Bernardo García no solo revela la brillante carrera artística del reconocido actor, sino también su capacidad excepcional para enfrentar la adversidad con resiliencia, sabiduría y una conexión espiritual profunda con su vocación artística. Su experiencia con la leucemia se convierte en una lección magistral sobre el poder transformador del arte como refugio y fuente de fortaleza. Bernardo nos enseña que, a pesar de los desafíos, el milagro nos encuentra trabajando, y su historia inspiradora refuerza la idea de que el arte es un renacimiento constante del espíritu humano. Agradecemos al maestro por compartir su historia y deseamos que su arte continúe inspirando a generaciones futuras.
En Gente Rosa agradecemos al maestro por compartir su inspiradora historia de resiliencia y sabiduría en nuestra portada de enero.
¡Viva el renacimiento del espíritu artístico!
