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Natural, rápida y sin dolor: así es la mamoplastia con la nueva tecnología Preservé

Una nueva era en la cirugía mamaria ha comenzado. La técnica Preservé, mínimamente invasiva, permite realizar mamoplastias de aumento con incisiones casi imperceptibles, sin cortar tejidos y con una recuperación ultrarrápida.

Conversamos con Daniel Gómez, lider de Eurocares SAS, quien nos explicó cómo esta innovación reduce el dolor, evita la anestesia general, y está transformando el concepto de belleza hacia lo natural y funcional. Además, nos habló de la capacitación médica requerida, las garantías para las pacientes, y la gran acogida que ha tenido entre mujeres que buscan resultados estéticos sin sacrificar su bienestar.

¿En qué consiste la técnica Preservé?

Es una técnica preservadora de la mama y de los tejidos. Hacemos incisiones mínimas por las cuales se introducen los implantes, sin cortar los tejidos; simplemente se expanden para colocar el dispositivo, y los tejidos forman una especie de «nido» o «cama» alrededor de este.

Esta técnica tiene varios beneficios: al no ser tan traumática, se puede realizar con anestesia local y sedación, sin necesidad de anestesia general. La recuperación es ultrarrápida, casi no hay sangrado y el dolor es mínimo.

¿Qué tipo de paciente es candidata ideal para este procedimiento?

No todas las pacientes lo son. Esta técnica es ideal para mamoplastias de aumento de primera vez o mastopexias iniciales. Si la paciente ya tiene implantes, se requiere una cirugía más invasiva.

También es importante que el cirujano evalúe que los tejidos estén aptos y que no haya caída del seno. Esta técnica no aplica para aumentos muy grandes: está pensada para pacientes que buscan subir hasta unas dos tallas, con un resultado natural y moderado.

¿Qué ventajas ofrece realizar el procedimiento solo con anestesia local?

Muchas mujeres temen a la anestesia general. La anestesia local les brinda seguridad y, además, permite una recuperación mucho más rápida. La paciente puede levantarse 15 minutos después, mover sus brazos, irse a casa… Prácticamente retoma su vida de inmediato. En cambio, con anestesia general la recuperación es más prolongada.

¿Los cirujanos plásticos deben recibir formación especial para aplicar esta técnica?

Sí. El miércoles 30 hicimos lanzamiento oficial en Colombia durante el congreso de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica en Cartagena. Aunque muchos cirujanos tienen experiencia en mamoplastias tradicionales, deben capacitarse en esta técnica, ya que requiere el uso de dispositivos con los que no están familiarizados.

Queremos garantizar seguridad y buenos resultados. La capacitación es clave para que la técnica se aplique correctamente.

¿Qué expectativas tienen para el lanzamiento en Cartagena?

Hay una gran expectativa, tanto nacional como internacional. En el congreso participarán más de 700 cirujanos plásticos, incluyendo 150 colombianos. Muchos están interesados porque esta es una verdadera innovación: la cirugía plástica, aunque parezca vanguardista, no suele tener cambios tan radicales.

En otras especialidades existen cirugías mínimamente invasivas, pero en cirugía plástica aún no se hablaba de ello. Este avance puede revolucionar el sector.

¿Cuál ha sido la experiencia de las mujeres que ya han probado esta técnica?

Las pacientes están muy satisfechas. Hoy se busca un resultado más natural, sutil, que embellezca sin exagerar el volumen. Además, los implantes que usamos son de alta tecnología, disco-elásticos, muy similares al tejido natural. Las mujeres no sienten que llevan algo «ajeno», sino que lo integran a su cuerpo.

Y la recuperación es increíblemente rápida: al día siguiente ya pueden retomar sus actividades, con un dolor casi inexistente.

Sobre la duración de los implantes, ¿cada cuánto deben cambiarse?

Actualmente, se recomienda revisión cada 10 años, pero no necesariamente cambio. Depende del estado del implante y lo que determine el cirujano.

Los implantes de hoy tienen mejor tecnología, son más biocompatibles y generan menos reacción inflamatoria, lo que reduce complicaciones y alarga su vida útil.

¿Qué beneficios a largo plazo ofrece este tipo de procedimiento?

Las pacientes sienten el implante como parte de su cuerpo, sin incomodidades al dormir, hacer ejercicio o abrazar. La cicatriz es mínima y, a largo plazo, casi imperceptible.

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