Fotografía: @tajustudio_
Desde un giro inesperado que lo llevó de la Psicología a las artes escénicas, Julián Zuluaga se ha convertido en una figura destacada del mundo actoral. Con papeles desafiantes, como Darío Gómez, y una profunda vocación como maestro dramático, Julián ha forjado una carrera llena de pasión, técnica y autenticidad. Su compromiso con el teatro y su capacidad para adaptarse a la pantalla lo han consolidado como un intérprete completo. En esta edición, Julián nos comparte cómo sus raíces teatrales y su incansable dedicación lo impulsan a contribuir a la cultura en Colombia y a vivir, con entrega absoluta, de lo que más ama: actuar.
En exclusiva para Gente Rosa, Julián Zuluaga nos habla de su trayectoria, sus retos y sus sueños. En esta conversación íntima, Julián nos revela detalles inéditos de su carrera y su vida personal, compartiendo sus experiencias más significativas y sus anhelos para el futuro:
Inicios en la actuación
¿Qué fue lo que te hizo llegar al mundo de la actuación, cuál fue ese empujón artístico?
La vida se encargó de que ocurrieran cosas para evitar que tomara un rumbo equivocado. Por presión familiar, debía estudiar otra carrera y me inscribí en Psicología. Sin embargo, por esas vueltas inesperadas del destino, mi inscripción no se registró. Esto me llevó a explorar otras opciones, y la actuación, que ya me tentaba desde hacía tiempo, se presentó como una posibilidad. Desde mi primera clase con mi maestro Gadiel López, supe que había encontrado aquello a lo que dedicaría toda mi vida
¿Cuál ha sido el personaje más complejo para interpretar?
Todos los personajes tienen su propia complejidad, pero creo que el más desafiante ha sido Darío Gómez. Al tratarse de una persona real, con un contexto tan distinto al mío, fue necesario emplear otro tipo de estrategias para lograr mayor credibilidad. Interpretarlo requirió profundizar en sus matices y explorar aspectos que estaban fuera de mi zona de confort.
Carrera profesional
Eres Maestro Dramático ¿Cómo esta profesión te ha favorecido como actor?
Ser maestro de arte dramático me ha brindado herramientas invaluables para trabajar como actor. Haber estudiado esta disciplina me abrió múltiples posibilidades tanto para la creación de personajes como para vivir plenamente como artista. Creo que para mí ha sido fundamental contar con la formación y el título profesional en arte dramático.
¿Has sido Maestro Dramático en algún momento?
Sí, he sido profesor y he dado algunos talleres de casting e iniciación actoral, aunque principalmente me dedico a actuar. En el futuro, me gustaría impartir más clases, ya que creo que la educación es clave para transformar el país. Es importante compartir el conocimiento y fortalecer la carrera de Maestro de Arte Dramático.
Sabemos que empezaste en el teatro, ¿Qué herramientas te ha dado este para tu profesión?
Para mí, el teatro es mi lenguaje favorito entre los tres principales que un actor puede interpretar: teatro, cine y televisión. Creo que el teatro es una base fundamental para desarrollar la presencia escénica y, al dominarla, uno puede adaptarse mejor a los otros medios. Por eso, el teatro siempre será esencial en mi vida, y tengo como meta actuar en una obra al menos una vez al año. Espero seguir cumpliendo con esto.
Inicios en la televisión
¿Cómo fue esa transición de pasar de las tablas a las pantallas, cuáles fueron esos cambios tantos positivos como negativos?
La transición al lenguaje audiovisual puede ser compleja y depende del tipo de teatro en el que te hayas formado. Estilos como el hiperrealismo facilitan el cambio, mientras que otros, como la farsa, lo dificultan. Para mí fue una buena transición gracias a mi formación en teatro hiperrealista, aunque seguí estudiando para lograr una actuación más verosímil en cine y televisión.
Su familia
¿Cómo tomó tu familia la noticia de ser artista?
Al inicio no fue fácil, ya que mi familia prefería que estudiara primero una carrera ‘seria’ y luego me dedicara a lo que consideraban un ‘hobby’. Sin embargo, en mi primera clase con mi maestro entendí que esta es una profesión seria y compleja, más de lo que muchos piensan. A pesar de las discusiones y de la falta de apoyo inicial, yo ya había decidido que este era mi camino. Con el tiempo, mi familia vio mi compromiso y empezó a apoyarme; cuando me fue bien, su apoyo se hizo total. Hoy en día están orgullosos de lo que he logrado y han aprendido que, cuando uno hace lo que ama, las cosas salen bien.
Su primer protagónico
¿Qué sentiste al ganar el casting de David en los Billis?
¡Una alegría increíble! Yo no lo podía creer porque era un sueño y porque cuando recibí ese casting, yo sentí que ese personaje lo podía interpretar que podía hacer ese primer protagónico, fue muy lindo ganármelo, el proceso también fue maravilloso, fue una cosa de Dios y también fue la confirmación de que estábamos haciendo las cosas bien ha sido de las alegrías más grandes que he tenido en mi vida.
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¿Cómo fue tu experiencia como protagonista en Los Billis?
Protagonizar en Los Billis fue una experiencia increíble que aportó muchísimo a mi formación. Aprendí lo importante que es enfrentar múltiples escenas diarias para ganar experiencia como actor. Aunque en este proyecto no eran tantas escenas como en una novela, me ayudó a entender que hay que estar siempre preparado, incluso cuando las condiciones no son las mejores. Además, tuve la fortuna de trabajar en un ambiente muy profesional, aunque sé que no siempre será así en todos los proyectos. Fue una vivencia invaluable que me dejó grandes aprendizajes.
Los Bilis fue un grupo consolidado en en los años 80´s ¿Cómo fue interpretar un personaje de esa época?
Fue un reto entender el contexto de una época que no viví, pero afortunadamente contar con personas que sí la vivieron fue de gran ayuda. Desde los castings cambié mi playlist y solo escuchaba música de los 80; mantuve esa inmersión durante todo el rodaje. Adentrarme en el contexto fue una experiencia enriquecedora, ya que comprendí cómo en ese tiempo la convivencia era presencial: para comunicarse, divertirse o simplemente pasar tiempo juntos, los encuentros en persona eran esenciales. Esto ayudaba a crear vínculos estrechos entre los personajes, algo muy diferente de las relaciones actuales, llenas de distractores que diluyen ese tipo de conexión física y directa
¿Qué sientes al tocar un set de grabación?
Agradecimiento, me siento muy afortunado, siento que estoy cumpliendo un sueño, que vamos por buen camino. Pero también siento que está en mi que no sea la última vez y que es una oportunidad más para seguir generando que se repita.
¿Qué prefieres, las tablas o las pantallas?
Hace unos años habría dicho que las tablas, pero he aprendido que son igual de importantes para mi proceso artístico, son lenguajes en los que quisiera jugar constantemente, ambos me complementan como artista.
Su experiencia en «Darío Gómez«
¿Cómo fue tu experiencia interpretando a Darío Gómez de joven, cuáles fueron esos desafíos?
Ha sido una experiencia increíble y un gran aprendizaje para mi carrera, un sueño cumplido que había declarado antes de obtener el casting. Este reto me llevó a salir de mi propio contexto y, motivado por mi colega Felipe Franco, hice trabajo de campo en San Jerónimo, donde Darío Gómez vivió sus primeros años. Agradezco a todos los que me ayudaron en ese viaje revelador. También fue esencial conectar al Darío joven con el adulto, algo que logré junto a Diego Cadavid y bajo la brillante guía de mis directores.
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Su experiencia en «Del otro lado del jardín»
¿Cómo viviste la experiencia de hacer parte del elenco de la película “Del otro lado del Jardín”?
Para mí fue entrar a jugar con las grandes ligas, fue un honor poder ser parte de este elenco tan poderoso donde el menos conocido era yo, pero también fue una motivación enorme para mí como actor, fue poner aprueba todo lo que había estudiado y aprovechar la participación que tenía
¿Qué personaje interpretas en esta película?
En la película yo interpreto a Alberto un estudiante de Filosofía, que es estudiante del protagonista con el cual tiene una relación cercana, es un personaje sapiosexual, que admira y quiere profundamente a Carlos Framb.
Futuro de Julián
¿Cómo te ves en el futuro profesionalmente?
Viviendo de lo que amo y creando cultura en mi país.
¿Qué próximos proyectos vienen para Julián Zuluaga?
Se vienen retos y proyectos maravillosos, algunos que no han salido y otros que estamos empezando gracias a Dios.
Con una carrera guiada por la pasión y el compromiso, Julián Zuluaga sigue dejando huella en cada proyecto que emprende. Su capacidad para adaptarse a distintos medios, sumada a su formación teatral y su vocación docente, lo convierten en un actor versátil y auténtico, que se entrega en cuerpo y alma a cada interpretación. Julián no solo ha construido un camino lleno de logros, sino que también ha hecho de su arte una fuente de inspiración y aprendizaje. Con la vista puesta en nuevos desafíos, sigue demostrando que, cuando se vive de lo que se ama, el éxito se convierte en una meta alcanzable y la cultura, en un legado vivo para el país.