
Periodista: Gabriel Cavallo – Universidad de La Sabana.
Durante una semana, el cine documental musical se tomó Bogotá en la quinta edición del festival internacional In-Edit, donde la capital y sus espacios se llenaron de historias nuevas y frescas nunca proyectadas en el país.
Aunque Colombia es la casa de algunos de los festivales de cine internacional más importantes de la región, como el FICCI, que se realiza en Cartagena, o Bogoshorts, en Bogotá, los festivales de cine internacionales enfocados específicamente en el documental musical no solo son difíciles de encontrar en Colombia, sino también en la mayoría de los países del mundo, por lo que despiertan un interés importante en el público general.
La capital del país fue la sede durante una semana de uno de estos particulares festivales: el Festival Internacional de Cine IN-EDIT.
El festival, que desde su primera edición en Barcelona hace más de 21 años ha jugado un papel crucial en la promoción y valoración del documental musical a nivel global, atrayendo anualmente a más de 130,000 espectadores en sus diversas sedes y celebrándose en países como España, México, Grecia, Brasil y Chile, presentó su quinta edición en Bogotá con el apoyo de diferentes organizaciones.
Se destacan Amnistía Internacional, la Alcaldía de Bogotá, la Embajada de España en Colombia y la Universidad EAN. Esta última fue protagonista del festival, presentando 13 de las 17 funciones totales en su auditorio Orígenes. Otros espacios que acogieron funciones fueron el Centro Felicidad (CEFE) de Chapinero y el Cinema Paraíso.
El festival abrió su edición con un sentido homenaje al maestro Egidio Cuadrado, legendario acordeonero de Carlos Vives, a través de la proyección del documental Regreso a Escalona. La película, que sigue a Vives y Cuadrado en la búsqueda del cuaderno perdido del compositor Rafael Escalona para regrabar el disco Escalona Nunca se Había Grabado.
Así, fue el punto de partida para un conversatorio sobre el legado musical de Egidio y su papel fundamental en la creación de un nuevo sonido latinoamericano, conocido como «el rock de mi pueblo». El encuentro también exploró la evolución musical de Carlos Vives y la influencia de este proyecto en la identidad sonora de Colombia.
A partir de ahí, y hasta el pasado domingo 27 de abril, el festival le dio la oportunidad a los capitalinos de conocer retratos íntimos y únicos de artistas de talla mundial. Los documentales fueron desde la vida y obra de John Lennon y Yoko Ono, pasando por Little Richard, Notorious B.I.G., The Black Keys, y terminando con C. Tangana y Blur, los platos fuertes del festival.
C. Tangana es uno de los artistas más relevantes de la escena española contemporánea. Desde sus inicios en el rap hasta su consagración internacional con El Madrileño, ha sabido mezclar géneros como el flamenco, el bolero y el pop urbano, construyendo una identidad única. Su ambición artística y su búsqueda de nuevos caminos son el eje de Una ambición desmedida.
El documental, ganador de cuatro premios Goya, ofrece una mirada íntima y honesta al proceso creativo de C. Tangana, siguiéndolo durante más de cuatro años, desde la creación de su exitoso álbum El Madrileño hasta la realización de su gira más ambiciosa. En esa misma línea de ofrecer retratos cercanos de nuestros artistas favoritos, también se encuentra el documental To the End, de la exitosa banda Blur.
Originaria de Inglaterra, Blur es una de las bandas más influyentes del movimiento britpop de los años 90, reconocida por su habilidad para fusionar el pop melódico con sonidos alternativos y letras ingeniosas. Al frente del grupo está Damon Albarn, vocalista y principal compositor, cuya versatilidad artística lo ha llevado a liderar otros proyectos emblemáticos como Gorillaz. Con su carisma en el escenario y su constante inquietud creativa, Albarn ha sido una figura clave en la evolución de la música británica contemporánea.
Para esta edición del festival se incluyó la sección especial “Miradas Amnistía”, en colaboración con Amnistía Internacional, donde, a través de documentales como MATANGI / MAYA / M.I.A., Raving Iran y Love, Deutschmarks and Death, el público exploró las conexiones entre música, identidad y derechos humanos.
Los conversatorios, talleres y la actuación especial de la cantautora venezolana Laura Guevara complementaron esta propuesta, generando espacios de reflexión sobre el poder del arte como herramienta de transformación social.
El festival cerró con la proyección de Raving Iran y un conversatorio que abordó los desafíos de la música electrónica en contextos de censura y represión, ofreciendo una reflexión final sobre la resiliencia artística en escenarios de conflicto.
«Estos espacios son muy importantes, ya que la mayoría de estas películas no se encuentran tan fácil en Colombia, ojalá lo sigan haciendo», explica Erika Forigua, asistente a una de las funciones del festival. Y es que, con una programación diversa que combinó grandes nombres de la música mundial, historias íntimas y propuestas que invitan a la reflexión social, esta quinta edición de IN-EDIT Bogotá dejó claro que el documental musical tiene un público cada vez más fiel y curioso en el país.
La respuesta de los asistentes, los espacios de conversación y la calidad de las proyecciones demuestran que, más allá de la música, el festival se consolida como un escenario para compartir, cuestionar y celebrar el poder transformador del arte. La expectativa por una próxima edición ya está sembrada.
Gabriel1121
mayo 1, 2025Awesome https://is.gd/N1ikS2