
Luis Carlos Mancera, de un niño emprendedor a un empresario que revoluciona el Mercadeo.
El mercadeo ha evolucionado a lo largo de las décadas, pero pocos han logrado fusionarlo con la esencia del arte, la música y el cine de manera tan poderosa como lo ha hecho este empresario. Su modelo, GoGet, no solo vende productos, sino que crea experiencias inolvidables, convirtiendo cada estrategia en una historia que conecta con la emoción del público..
Desde muy pequeño, su vida estuvo impregnada de creatividad. Creció en una época en la que la publicidad no era simplemente un medio para vender, sino una forma de arte que definía generaciones. Comerciales icónicos, películas inolvidables, videoclips espectaculares y un sinfín de jingles se convirtieron en el telón de fondo de su infancia, marcando el inicio de una pasión que transformaría su destino.
El Niño Emprendedor y el Poder del Rock
Mientras otros niños se conformaban con juguetes y dulces, él tenía metas muy claras: conseguir camisetas y CDs de sus bandas de rock favoritas. Junto a un amigo, emprendió su primer negocio vendiendo perros calientes. Sin un puesto propio, alquilaron un carro de perros de un vecino y se instalaron frente a la casa de sus padres. Allí, ofrecían sus productos a los vecinos y, con cada venta, acumulaban fondos para alimentar su pasión musical.
Esta experiencia le enseñó que vender no era solo una transacción comercial, sino una conexión directa con las personas. La manera en que presentaba su producto, la ambientación del pequeño puesto y el entusiasmo en cada interacción se convirtieron en los primeros ladrillos de lo que más tarde sería GoGet.
Un Juego que Forjó su Creatividad
En ese ambiente familiar lleno de estímulos, su madre jugó un papel crucial. Juntos inventaron un juego que se convertiría en parte de su ritual cotidiano: mientras miraban la televisión, se desafiaban a adivinar los comerciales que salían en pantalla. El que lograba decir primero la marca ganaba. Este juego no solo divertía, sino que agudizaba su capacidad de observación y comprensión del poder de la publicidad, reforzando la idea de que cada anuncio contaba una historia.
El Cine, la Publicidad y el Arte Como Maestros
Los años 80 fueron una época vibrante en la que los comerciales de Coca-Cola vendían la felicidad y los anuncios de Nike, la superación personal. MTV convirtió la música en una experiencia visual, y el cine de directores como Spielberg y Ridley Scott dejó una huella imborrable en su mente. Mientras otros se limitaban a disfrutar del espectáculo, él analizaba cada escena, cada eslogan y cada melodía, entendiendo que lo verdaderamente memorable en la publicidad era la emoción y la narrativa.
La Música y la Ingeniería del Sonido: Creando el Mensaje Perfecto
Movido por la pasión por el rock, decidió estudiar Ingeniería de Sonido y Producción de Sonido. Quería comprender cómo el sonido podía manipular emociones, cómo el ritmo y la cadencia de una canción podían transformar un mensaje en una experiencia sensorial. Además, siempre tuvo una banda de rock, y la experiencia de tocar en vivo le enseñó que la conexión con el público no se basa únicamente en la técnica, sino en la autenticidad y la energía compartida en cada actuación.
La Impaciencia: De Debilidad a Motor de Innovación
Una característica que muchos podrían considerar una debilidad se transformó en uno de sus mayores impulsos: la impaciencia. Nunca fue de los que esperaban a que las cosas sucedieran; su mente siempre estaba en ebullición, buscando el próximo proyecto, la próxima idea, el próximo impacto. Esta impaciencia, en lugar de frenarlo, lo impulsó a moverse con determinación, a tomar riesgos y a innovar en un mundo donde la velocidad y la agilidad son esenciales para destacar. En GoGet, esta energía se canaliza en la búsqueda constante de resultados que sorprendan y emocionen.
La Noche en que Nació GoGet
En una noche febril, mientras la creatividad recorría su mente, tuvo un sueño revelador. En ese estado casi onírico, apareció una serie de personajes que representaban emociones, estrategias y arquetipos del emprendimiento. Al despertar, comprendió que el mercadeo debía ser mucho más que simples estrategias basadas en datos; tenía que ser emocional, auténtico y memorable, como una canción inolvidable o una película que deja huella mucho después de haber terminado.
Así nació GoGet, un modelo basado en cinco principios fundamentales:
1. La emoción es la clave: Un mensaje sin emoción es un mensaje olvidado.
2. El storytelling manda: Contar una historia es lo que realmente conecta.
3. El ritmo del mensaje: Cada campaña debe tener una cadencia natural, similar a una buena canción.
4. El factor sorpresa: Lo inesperado es lo que se graba en la memoria.
5. Autenticidad o nada: En un mundo saturado de contenido, solo lo genuino destaca.
De la Idea a la Empresa: Grupo Francaya y un Medio de Comunicación Digital El Sabanario
Con la visión de Go Get bien definida, llevó su filosofía al mundo empresarial fundando Grupo Francaya , una compañía especializada en estrategias de comunicación, mercadeo y publicidad. No se trataba únicamente de diseñar campañas, sino de crear mensajes que realmente tocaran el corazón del público. Paralelamente, estableció un medio de comunicación digital para amplificar su mensaje y conectar con audiencias diversas, demostrando que el mercadeo puede y debe ser una forma de arte.
El Futuro de Go Get: Publicidad que se Siente
Más que un empresario, este creador de Go Get es un narrador de historias, un amante del rock, del cine y del arte, y un apasionado por los comerciales que perduran en la memoria. Su objetivo no es simplemente vender productos, sino transformar la manera en que las marcas se comunican y se sienten. En un mundo inundado de anuncios, lo que realmente perdura no es lo que se dice, sino lo que se hace sentir.
Go Get es una filosofía, una fusión de mercadeo, música, cine y arte, nacida de una infancia llena de juegos, de la impaciencia convertida en motor de innovación y de una pasión inquebrantable por conectar con las personas. Así, cada campaña, cada mensaje y cada estrategia se convierten en una experiencia única, auténtica y profundamente emocional.