Un estudio reciente ha revelado que el tiempo prolongado en redes sociales incrementa el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios entre niños y adolescentes. Los investigadores encontraron que cada hora adicional frente a una pantalla o en redes sociales aumenta la probabilidad de que estos jóvenes presenten síntomas relacionados con trastornos alimenticios en los siguientes dos años.
Publicado en la revista Eating and Weight Disorders, el estudio identificó varios síntomas de estos trastornos, como la preocupación excesiva por el aumento de peso, la vinculación de la autoestima con el peso corporal y los episodios de atracones. Otros comportamientos incluyen el ejercicio excesivo, la restricción de calorías y el uso de métodos peligrosos para perder peso, como vómitos, laxantes y píldoras para adelgazar.
El Dr. Jason Nagata, profesor asociado de pediatría de la Universidad de California, San Francisco, y autor principal del estudio, explicó que las redes sociales fomentan comparaciones constantes con los demás y exponen a los jóvenes a ideales de belleza inalcanzables. «Esto puede generar insatisfacción corporal, baja autoestima y conductas poco saludables para controlar el peso, aumentando el riesgo de trastornos alimentarios y otros problemas de salud mental», afirmó Nagata.
El estudio analizó datos de casi 12,000 niños entre 9 y 14 años, recolectados entre 2016 y 2020. Los resultados evidenciaron que el uso prolongado de redes sociales incrementa el riesgo de trastornos alimentarios, especialmente cuando el uso es problemático.
Nagata recomendó que los adolescentes limiten su exposición a contenidos que promuevan comparaciones físicas y hábitos alimentarios poco saludables. Además, instó a los padres a establecer límites sobre el uso de las redes y a mantener diálogos abiertos sobre estos temas.
La Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación ofrece más información y recursos sobre la relación entre medios y trastornos alimenticios.