El ejercicio regular es clave para mejorar la salud y reducir el riesgo de enfermedades crónicas, según MedlinePlus, un recurso de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Entre las opciones para mantenerse activo, la calistenia ha ganado terreno como una práctica efectiva, accesible y con un trasfondo histórico interesante.
La calistenia es un tipo de entrenamiento basado en movimientos que utilizan el peso corporal. Aunque en su forma más pura no requiere equipamiento, puede complementarse con herramientas ligeras como anillas o bastones. Ejercicios como flexiones, abdominales, estiramientos y dominadas son clásicos de esta disciplina.
De acuerdo con la Enciclopedia Britannica, este tipo de ejercicio no solo fortalece músculos y aumenta la resistencia, sino que también mejora la flexibilidad, la coordinación y el bienestar general. Además, al poner a trabajar el sistema cardiovascular, genera un esfuerzo físico controlado que beneficia la salud integral.
En Estados Unidos, la educadora Catharine Beecher fue una de sus grandes impulsoras. En su libro Physiology and Calisthenics for Schools and Families (1856), describió la calistenia como un programa de ejercicios diseñado para mejorar la salud, la belleza y la fuerza física.
Aunque en sus inicios se pensó como una práctica exclusiva para mujeres, con el tiempo su enfoque se amplió para incluir a ambos géneros, ganando adeptos en todo el mundo.
Calistenia en la actualidad
Hoy en día, la calistenia es considerada un método de entrenamiento funcional y de resistencia. Según un artículo publicado en el Journal of Strength and Conditioning Research en 2018, esta disciplina sigue destacándose por su capacidad de adaptarse a diferentes niveles de habilidad y necesidades físicas.
Además de ser accesible y económica, su enfoque en movimientos naturales la convierte en una excelente opción para quienes buscan mejorar su condición física y su salud en general.
Más allá de su historia y beneficios físicos, la calistenia resalta por su capacidad de integrar cuerpo y mente. Movimientos simples como un estiramiento o una flexión se convierten en herramientas para alcanzar un equilibrio entre el esfuerzo físico y el bienestar emocional.