Cada junio, Colombia y el mundo se llenan de colores y alegría para celebrar el Mes del Orgullo LGBT. Durante estos 30 días, millones de lesbianas, gays, bisexuales y trans se unen en marchas vibrantes y festivas, exigiendo igualdad y derechos para todos, sin importar su orientación sexual o identidad de género. Pero, ¿alguna vez se ha preguntado por qué se celebra esta fecha tan especial?
Un poco de historia: Los orígenes del Orgullo
Hace más de 50 años, en Nueva York, la homosexualidad era considerada un delito. Todo cambió el 28 de junio de 1969, cuando un caso de abuso policial en el club ‘Stonewall’ desencadenó una serie de disturbios que marcaron el inicio de la lucha moderna por los derechos LGBT. Personas trans, gays, lesbianas, afrodescendientes e inmigrantes que se encontraban en el club se rebelaron contra la policía, dando paso a una nueva era de visibilidad y activismo.
Este valiente acto de resistencia inspiró a la comunidad LGBT a dejar de esconderse y a luchar por sus derechos. Desde entonces, cada año, ciudades como Nueva York y Los Ángeles se visten de arcoíris para celebrar el orgullo de ser quienes son. Esta celebración se ha extendido por todo el mundo, incluyendo Colombia.
El orgullo en Colombia: Una lucha continúa
En Colombia, la primera marcha del orgullo LGBT se realizó en 1982, dos años después de la despenalización de la homosexualidad. Aunque se ha avanzado en materia de derechos, aún queda mucho por hacer. La implementación de estos derechos es lenta y, lamentablemente, la violencia contra la comunidad LGBT sigue siendo una realidad alarmante.
¿Por qué se celebra?
Se celebra el Día del Orgullo para recordar la valentía de aquellos que lucharon en Stonewall y en otros lugares. Se celebra para visibilizar las injusticias que aún persisten y para exigir un mundo donde nadie sea discriminado por ser quien es. Es un día para gritar a una sola voz que la igualdad es un derecho, no una opción.
El Mes del Orgullo es una oportunidad para reflexionar sobre el camino recorrido y el que aún falta por andar. Es un momento para visibilizar la diversidad y la riqueza de las identidades, y para recordar que, a pesar de los avances, la lucha por la igualdad y el respeto continúa.