Para el Centro Rosarista de Educación Emocional ‘UR Emotion’ de la Universidad del Rosario, es necesario implementar programas de intervención que promuevan el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
Los jóvenes que ingresaron a la universidad durante la pandemia, y que ahora que están en la presencialidad, tienen deficiencias importantes en habilidades sociales como la empatía, el trabajo en equipo y el relacionamiento, según el Centro Rosarista de Educación Emocional ‘UR Emotion’ de la Universidad del Rosario.
De acuerdo con encuesta realizada por la institución a estudiantes que iniciaron su primer semestre durante la emergencia sanitaria, se pudo conocer que el 11% de estos cuenta con un diagnóstico en salud mental, siendo la ansiedad y la depresión las enfermedades más comunes. “Nuestra medición, encontró adicionalmente que un 20% de los encuestados, que no están actualmente en riesgo de diagnóstico de salud mental, si manifestaron tener algunos síntomas”, explicó Ana María Restrepo, decana del Medio Universitario de la Universidad del Rosario.
Al respecto, Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, dijo que los jóvenes pueden estar en riesgo de un diagnóstico de salud mental, porque son enfermedades derivadas de la interacción social alrededor de la inmediatez y de las implicaciones de la pandemia en el desarrollo de las habilidades socioemocionales de los estudiantes.
Esta realidad, la cual es un reflejo de lo que está pasando en las Instituciones de Educación Superior, hace aún más urgente la necesidad de implementar programas de intervención que promuevan el desarrollo de habilidades sociales y emocionales para afrontar situaciones desafiantes de la vida.
Aulas Emocionalmente Seguras
“En la Universidad del Rosario cambiamos la forma en que impartimos con los profesores y los capacitamos para que no sean un factor que detone mucho más estas patologías, sino que, por el contrario, sean quienes encaminen, enruten y aterricen de manera preventiva a nuestros estudiantes por medio de nuestro modelo ‘UR Emotion’ y de una atención en salud mental clara”, comentó, Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario.
Desde el año 2019, la Universidad del Rosario implementó el Centro Rosarista de Educación Emocional ‘UR Emotion’, un espacio que se enfoca en el desarrollo de las habilidades socioemocionales de su comunidad y de los estudiantes, a partir de cuatro espacios pedagógicos para entrenar las emociones: Conocerte, Recrearte, Crearte, Emocionarte y Punto de Silencio, y a través de un modelo único que recoge de manera multidisciplinaria lo que significa el bienestar.
En línea con lo anterior, la institución cuenta con el programa de Aulas Emocionalmente Seguras, donde se trabaja con los docentes para que comprendan qué es lo que puede estar ocurriendo con el mundo emocional de sus estudiantes y cómo este puede afectar el aprendizaje y la convivencia en el aula. Adicionalmente, la iniciativa cuenta con el apoyo de aseguradores y prestadores de servicios de salud para poder atender a todos los estudiantes que hoy tienen una necesidad en salud mental urgente y que no están siendo acogidos por el sistema.
Con el objetivo de continuar trabajando por la salud emocional, Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, anunció que en febrero la institución, en su Sede Quinta de Mutis, entregará su nuevo Edificio de Bienestar al Centro ‘UR Emotion’, el cual tendrá cinco módulos de capacitación:
– Conocerte: campañas de promoción de la salud integral y actividad reflexivas en torno al autocuidado.
– Recrearte: espacio para el juego y la recreación, donde los estudiantes podrán usar conscientemente su tiempo libre, fortalecer habilidades de pensamiento y en compañía de otros, desarrollar sus competencias socioemocionales.
– Crearte: lugar donde los estudiantes podrán expresarse de manera libre o guiada para encontrar herramientas que beneficien su bienestar integral desde las terapias creativas.
– Emocionarte: módulo para descubrir el mundo de las emociones y comprender los pensamientos y adquirir habilidades para la gestión emocional.
– Punto de silencio: ejercicios dirigidos y autogestionables de meditación, mindfulness, clases de yoga y electivas pensando con el cuerpo.